viernes, 14 de marzo de 2014

ADDENDUM: Las 10 mejores películas del 2013 (que vi).

#12 - The Crash Reel, dirigido por Lucy Walker.
Pero hey. No todo está tan mal. Aquí viene el sol, tu-rururu.

Como ya dije, la principal razón de porqué quería comenzar con las 5 películas más decepcionantes es porque sentía que debía ser así. Lo peor del año llegó generalmente al comienzo -- y lo mejor estuvo al final. Y vaya qué mejor fue, les digo. El año pasado ya fue un año de estupenda calidad -- algo también aplicable para este año, sí, pero siendo más completos, fue un año de estupenda y particular calidad. Fue un año en el que la autoría estuvo más fuerte que nunca. Nuevos y viejos se presentaron con narrativas audaces que presentaban un sinfín de material para la conversación. Todas esas icónicas imágenes de la brillante cinematografía de este año. Todas esas vívidas y universales interpretaciones e historias. Las películas buenas no sólo eran buenas -- sino que eran fascinantemente buenas. Peculiarmente buenas. Eran buenas, pero en su propia jerarquía -- innegablemente buenas, sí, pero comparadas a qué, no tengo idea. Las mejores películas de este año sin duda fueron su propia cosa, y la raja por eso. Este es un año para recordar.

Uno podría decir que tal película es como tal otra película de hace tiempo y que en verdad es mejor o peor que esa otra; pero eso creo que se trata de un mero cinismo. Incluso si no eres capaz de despegar la comparación y la referencia que una película pudo tener hacia otra película, hay que admitir que la visión dominó el año completo. Hemos visto películas de terror, pero las con un detalle y lujo de importación como Stoker o The Conjuring, muy reducidas. Películas para divertirse, infinitas -- pero cuántas con repartos tan involucrados como los de Now You See Me o White House Down. Documentales como The Square, que arman un collage a ras de calle del conflicto en la plaza de Tahrir, en Egipto. What Maisie Knew, que cuenta una historia estrictamente -- y realísticamente -- desde el punto de una niña, para destacar el caos y la soledad del divorcio. Hasta Marvel tuvo las bolas para hacer... ESO, en Iron Man 3. Algunos se quejaron de publicidad engañosa -- porque lo fue. Pero vaya que fue un genial engaño. Y la forma en que Frozen se distancia de sus propias raíces, pero se mantiene fiel a sí misma... ¿de verdad hay que preguntarse el porqué es un fenómeno? Y para terminar, creo que si no me refiero a la ciber-ternura que significó Her, y el mensaje que transmite hacia la actual iSociedad, estaría arruinando todo este párrafo.

Pero estoy consciente de que para muchos, este fue un año fatal. Y ya dije que yo sufrí ese año fatal, y los entiendo. Pero quizás la fatalidad de esas películas hizo que todas estas se sientan aún mejor, que tras todo el puré gris de antes, pucha que se agradece ver que alguien salga con un plato tan suculento y nutritivo de vez en cuanto, independiente de que si se trata del mercado casual o algo de nicho/arthouse. Lo malo fue malo, pero si tuvimos que pasar por todo eso para llegar a este postre... lo vale. Y sí, en el post anterior puse que a nadie le desearía la espera hasta Gravity, pero hey: sin dolor no hay gloria. Las mejores cosas pasan a los que esperan, dicen por ahí.

Así que, nada más. Disculpen la demora en escribir este post, pero he estado algo ocupado últimamente, tratando de ponerme al día con películas antes de los Oscars, viendo los Oscars, lidiando con asuntos personales, y hey. Actualizando ese cómic que partí el año pasado, ¡eh! Qué tal eso. Y para hacer este top 10, repaso mis películas favoritas con tal de tenerlas más frescas en la memoria y en mis palabras, y para poder definir con la máxima milimetría posible su posición en mi ranking. Me lo tomo lo más serio posible, que igual, de cierta manera, me estoy despidiendo de todas ellas -- no sé cuando será la próxima vez que volveré a hablar tan extensamente de todas estas fantásticas películas, en especial mientras estén vigentes en la consciencia popular; pero como dije, con la visión autoral que se tuvo en el 2013, deberíamos seguir hablando de ellas por mucho, mucho tiempo.

Así que, ¿qué fue lo que no alcanzó para mi lista? Chequemos unos pocos runner-ups, igualmente recomendables:
  • Leonardo DiCaprio rozó más cerca que nunca el Oscar este año con su interpretación que prácticamente le es un portafolio -- The Wolf of Wall Street es su despliegue más rico e insano de expresiones y mentalidades, y consolida su relación con Martin Scorsese como una de las más cinematográficamente significativas de los últimos tiempos. Para los ansiosos por verlo ya en el podio... en más de una forma este es el camino ideal para él.
  • Rob Epstein y Jeffrey Friedman retratan un grito de auxilio en una industria diseñada sólo para el placer. Lovelace se te trepa de a poco en la piel con su amenazante franqueza a puertas entrecerradas, y un nocturno lujo de diseño de producción que reviven las peores partes de la revolución sexual de los 70s.
  • Derek Cianfrance vuelve a viajar a lo largo del tiempo con The Place Beyond the Pines, construyendo una épica historia de legado paternal a través de un multigeneracional y excepcional reparto. ¿Y esa música de Mike Patton? Orgulloso poseedor del soundtrack.
  • Steve McQueen saltó al innegable estrellato con la dolorosa e industrialmente explícita 12 Years a Slave, y tras años de ganadoras más optimistas le devuelve a los Oscars el frío toque a tierra. Una fascinante vencedora -- y me cuesta creer que este apenas es el primer rol de Lupita. Sea lo que sea que hará, atentos todos a sus pasos.
  • Lucy Walker desgarra pero donde más duele con su documental The Crash Reel, examinando el antes y después de Kevin Pearce, superestrella del snowboarding. Sin ese dramatismo televisivo y su sed de sangre, se mantiene fiel a todos sus ángulos posibles -- las ansias de Kevin, las preocupaciones de su familia, las exigencias y los percances del deporte. Simplemente le devuelve ese significado tan olvidado de "extremo". Es sobre los riesgos, no la acción.

¿Partimos como siempre, entonces? Con una merecida y aplaudida...


#11
Blue Jasmine
dirigida por Woody Allen

... mención honorífica. Desde que salió Blue Jasmine los comentarios han sido más que sensacionales -- de que es un serio, rotundo retorno para Woody, con LA mejor interpretación de Cate Blanchett, una de las actrices metódicas por excelencia en Hollywood. Y sí, todo esto es cierto. Pero sigo prefiriendo Midnight in Paris y sus bohemios viajes por el tiempo, buscando una era más afín a sus intereses. Es mucho más relajada, también -- pero visto desde otro punto de vista, Blue Jasmine es mucho más elegante y refinada. Hay un sentido editorial fascinante aquí muy a lo Memento, que te recrea entre flashbacks y flashforwards el estado mental de Jasmine/Jeannete, dejando que los momentos divertidos y los serios se aíslen lo más posible uno del otro para ser más efectivos y sorprendentes.

Será una psicosis la que ella sufre, pero por más clínicamente realista que sea, nunca deja de ser graciosa de ver -- el cómo todavía lidia con su día a día de la forma más socialité posible, o cómo sin darse cuenta deja que su vida pasada se derrame sobre el presente ante oídos confundidos y atónitos. "The Cate Blanchett Show" puse en mi Bijou, y... en verdad se siente así, pues. Ella, al igual que DiCaprio en Wolf of Wall Street, tiene un rango de emociones increíble -- yendo de la abstraída y desinteresada esposa trofeo de Alec Baldwin, a la desamparada y desesperada hermana sin un norte, a una cautelosa pero demasiado ansiosa pseudo-diseñadora de interiores. Ella está de lujo aquí, y ojalá que su nuevo reencuentro con el cine sea más duradero, que con su tiempo en el teatro de Sydney, tengo que remontarme a The Curious Case of Benjamin Button como su última gran película. ¿Pueden creer que entre esa película y Blue Jasmine apenas hizo 4 (y la más notoria es, uh... Hanna)? Esto no puede estar bien.

Pero también está Sally Hawkins. *ejem*. Actriz Nominada al Oscar, Sally Hawkins. Dios, qué bien se siente decir eso. Se nos cayeron los viejos votantes con su fenomenal e icónico rol en Happy-Go-Lucky, pero dieron una legítima sorpresa nominándola aquí con justicia. Su personaje Ginger es un polo opuesto perfecto para la vanidad y la falta de dirección en la vida de Jasmine. Mientras que Jasmine sabe lo que quiere pero no sabe precisamente cómo llegar a ello; Ginger no sabe lo que quiere, realmente -- pero se contenta con lo que tiene. Jasmine la mira a huevo por conformarse y no ser tan refinada como ella lo fue alguna vez, a lo cual Ginger no duda en recordarle el... qué pasó, realmente, como para hacerle notar su hipocresía. Es una anti-fraternalidad que precisamente resulta fraternal, en especial porque es Ginger quien no duda en ayudar a su hermana por más distanciada y enemistadas que estén. Se complementan tan antónimamente; y no más espero que, después de los créditos, Ginger siga allí para Jasmine, de alguna manera.

"Woody sabe cómo escribir mujeres", ha sido la frase siempre. Y aquí un par de sus muy mejores, sin lugar a dudas. Pero aún así, sólo da para el #11. No es que me guste menos, pero... esta fue una lista dolorosa de armar. Así que, empecemos de una vez con...


#10
Before Midnight
dirigida por Richard Linklater

Hay proyectos. Y hay Proyectos. De esos que, como autor, te son demasiado cercanos como para dejárselos a cualquiera; y que como audiencia, sientes que eres partícipe de él con tan sólo verlo en movimiento. Tuve que poner "dirigido por Richard Linklater" ahí debajo de la foto por formalidad, pero honestamente, con Julie Delpy y Ethan Hawke aquí tambien, tan profundos cómplices como él, esto se vuelve en una trifecta imposible de desarmar. No hay una visión maestra aquí, son tres individuos con sus propias ideas e inquietudes; pero todos apuntando al mismo norte. Es un proyecto demasiado internalizado como para dejárselo a cualquiera -- y esto queda más que claro al fijarnos en que el guión tomó 10 semanas en escribir el guión, vs. los 15 días que tomó en rodarlo. Y toda esa planificación y esfuerzo... no quiero decir que se nota, porque Delpy y Hawke hacen un excepcional trabajo en hacer que no luzca así. Esto es tan palpable e íntimo, y de tan libre flujo, que no puedes evitar caer en la casi-improvisación del asunto.

Y en más de una ocasión ya les he dicho que en verdad no soy tan conocedor del cine en general. Hay demasiados autores y películas claves que no he visto aún -- en especial si vamos para atrás en el tiempo. Viniéndose Before Midnight, sabía que tenía que familiarizarme con sus predecesoras, Before Sunrise and Before Sunset -- y estos paseos por Viena y París (y ahora en el Peloponeso griego) fueron una de las experiencias cinematográficas más especiales y únicas que he tenido en mucho tiempo. Son parte de un formato del cual no estoy muy acostumbrado, pero por más que uno diga que no haya trama realmente, que son sólo dos tipos conversando y ya... todo el espectro de conversaciones que tienen, y cómo chocan sus puntos de vista con una intensa pasión mutua, lo hace innegablemente cautivante, por más casual que sea el deambular por ahí. Y cada película es una cápsula en el tiempo diferente para estos dos eternos personajes, que más que brindarles una evolución emocional, les da un nuevo contexto en el cual pueden ser; que a fin de cuentas, Jesse siempre será Jesse, y Céline siempre será Céline, vengan hijos, divorcios, empleos, peleas, lo que sea. Siempre digo "primero pensar en personajes antes que en historias", que a fin de cuentas, puedes no tener historia pero tener personajes sumamente interesantes -- y díficil tener un ejemplo más claro que ello que con esta fascinante pareja.

9 años entre cada película suena como demasiado. No más espero que en el 2022 la trilogía se vuelva una tetralogía con, no sé. Before Midday; y que sigamos así con ellos hasta que tengan 98 años. Pero si ustedes no han visto Midnight, o Sunset o Sunrise -- un consejo: no se preocupen. Esto es lo que más admiro de un proyecto así: su tremenda flexibilidad. Pueden hacer como yo y verlas en orden, para hacerse una lineal idea al respecto. O bien, si están apurados por ver esta porque es la más nueva -- ¿porqué no ven la trilogía en reversa? ¿O simplemente en desorden? Cada capítulo funciona muy bien por sí solo, en especial considerando los muy reales 9 años entre una y otra. Hay detalles que se pierden en un capítulo, y otros que reaparecen a la luz en el siguente. No todo en la vida tiene permanencia, y he aquí un brindis por el estar así, yendo de un lado a otro, fermentándose, y enriqueciéndose con el tiempo. Y hey -- si han pensado cómo sería si alguien remixeara la trilogía Before en una sóla película, Linklater ya tiene algo en mente en ese estilo. Atentos a Boyhood.


#9
Gloria
dirigida por Sebastián Lelio

Uno de los mayores problemas que tengo con Bijou Reviews es su formato. Sí, me es ideal para expresar una idea al punto y todo, pero ya saben. Muchas veces nomás raspo en los detalles de la película, porque sólo me baso en las primeras impresiones que saco de ellas. Pero por otro lado, si una película no tiene una buena primera impresión conmigo, no me van a dar muchas ganas de volver a verla. Pero si me encanta una película, a veces termino sintiendo que no le hice suficiente justicia al sólo basarme en primeras impresiones para comentarla. Me pude haber dejado llevar por algo que me gustó en particular, que me cegó de lo más subliminal de la historia -- como si me fallaran las palabras para responder el "¿porqué me gustó tanto?".

Gloria es un claro ejemplo de eso. Puse que era muy ondulante, de altibajos emocionales, con un toque Leighiano que me encantaba -- y todo eso es cierto todavía. Pero siento que apenas rocé en la forma de ser de Gloria; y esto para mí ya viene a ser un mea culpa del tamaño de una casa. En un año muy, muy rico para las narrativas femeninas en el cine, me da algo de cosa ver que me faltaba el espacio para hablar sobre ella misma, aquí en uno de los mejores estudios de personajes en años. Su impulsiva y juguetona personalidad para la multitud, que pareciera salirse con una nueva historia apenas entra a una pieza, brota de una necesidad de no caer en el aburrimiento por la soledad y la falta de reciprocidad. Va a pasarla bien a los clubes de baile pero termina con las mismas canciones de año nuevo de siempre. Trata de conectarse con sus hijos pero ellos ya tienen sus propias vidas. Trata de involucrarse lo más posible en los intereses de sus seres queridos, y en general, cosas nuevas y diferentes para ser parte de algo -- pero su disposición no es para desperdiciar, como veremos con su nueva pareja, el falto de carácter Rodolfo. Pero este aspecto más oscuro en la vida de Gloria pasó desapercibido en mí porque Paulina García le pone tanto magnetismo y sincera sensualidad a su personaje que me resultó díficil hablar del segundo plano aquí. Estas son Las Aventuras de Gloria, y sientes que cada vez que la ves hay nuevas y más por descubrir.

Y supongo que tengo que ser el chileno típico y decir que viva Chile mierda. Espectacular ver lo lejos que ha llegado esta película en el cine internacional, y en especial ver cuán avanzado se pone el cine local. Cuando No salió el año pasado ya había dicho que para bien y para mal, muchas películas aquí eran sobre la dictadura -- y aquí un verdadero despegue de ese ya conocido y controversial material, y nos sumergimos en la psique chilena con impecables interpretaciones y la mejor fotografía del cine nacional. La situación por la que pasa Gloria no es algo sólo de los chilenos perteneciente a cierta demografía: es algo actual, muy común en todos. Gloria y Rodolfo son padres, y por ello, gran parte de sus alegrías, dolores, y frustraciones, provienen de sus hijos, y del cómo no se comunican o no logran ser mejores mutuamente. Y por ende, hay un fuerte choque entre cuánto ellos necesitan a sus hijos, y viceversa. Espero que el cine local siga así -- con fuertes personalidades femeninas, como La Nana, Joven & Alocada, y Gloria; y un mensaje más sobre el ser alguien de Chile, de todos los espectros posibles.


#8
Inside Llewyn Davis
dirigida por Joel Coen y Ethan Coen

¡Los Coens volvieron! Hay pocas cosas más celebrables que esto, si eres fan del cine como yo. True Grit se siente como que fue hace años, en especial después de toda la corrida de películas que hicieron; pero ahora regresaron con un nuevo cinematógrafo y más de la genial música que ellos conocen tan, tan bien. Lástima que nadie estuvo ahí para Inside Llewyn Davis cuando comenzó la temporada de premios, eso sí. Algunos dirán que está en genial compañía de otras grandes perdedoras, y sí, hay que verle el lado bueno a las cosas siempre. Pero por otro lado, es imposible evitar ver el paralelismo que filme y protagonista tienen. Tanta promesa y tan poco resultado. Me da la impresión de que pudo haber sido una especie de "artistic statement" de CBS Films, de que ellos promocionarían la película lo más fielmente posible a su mensaje. Pero eso sería como mucho.

Pero sobre Inside, no es sino desde Once que he visto a la música folk ser tan narrativamente influyente para su historia, contando más de los personajes que lo que los mismos personajes se dirían sobre sí mismos. Llewyn será un tipo lleno de problemas, y díficil de caer bien, pero sientes que su mala onda es justificable por su mala pata. Puede intentar y terminar con un portazo en la cara, o puede dejar las cosas ir y ver cómo todo florece a sus espaldas -- y estas cosas le van pesando más y más, y lo van estancando en la mediocridad, y estar frustrado (y temeroso) ante ello es natural, especialmente con una labor tan personalmente vulnerable como el ser músico. Llewyn sin dudas es el más poético y sustancial de los cantantes aquí, pero todas sus canciones son melancólicas y demasiado solemnes -- y quizás por esto mismo es que la canción más memorable del repertorio de la película ni siquiera sea la suya. Es de Jim (Justin Timberlake), que saca una producida, armónica, pero a fin de cuentas intranscendente pop-ería de letras fáciles de digerir con "Please Mr. Kennedy". No es un tipo de crítica negativa hacia esa canción, de ninguna manera, este tipo de cosas me saca una sonrisa, ver lo profundamente planeado que es todo aquí, que no hay forma de hacer siquiera que Llewyn tenga un momento triunfal aunque sea fuera de la misma película.

Y sé que el que el protagonista sea de pocos amigos y de poca suerte puede hacer que la película sea díficil de querer, pero los Coens son geniales para hacer comedias dentro de las más frías tragedias con una afinada edición y una colección de personajes tan únicos como sus canciones -- el bonachón y diligente Troy Nelson, el taciturno e indiferente Johnny Five, el arrogante y agotador Roland Turner, el inexpresivo e ininteresado Bud Grossman (interpretado por F. Murray Abraham, calzando como hilo al dedo tras lo que significó Amadeus), el cafiche y aprovechador Pappi... dios. No quiero irme para largo, pero--- ¡Al Cody! Un tipo que con tan poco puedes verle lo dispuesto que está a convertirse en el tipo de "esa voz". Y Jim, y su afable creatividad musical, que sin dudas lo llevarán lejos (aunque no más que Bob Dylan) -- y Jean, un caso para estudiar de amor y odio y aún más odio. Ella es la buena, la mala y la fea, todo en uno. ¡Y LOS GORFEIN! Wow. Ya no puedo seguir con esto. ¿Entienden mi felicidad por ver a los Coen de vuelta? Sólo ellos pueden tener un repertorio tan curioso de personajes, que sacan a relucir lo mejor y lo peor sobre el reconocer que no todos tenemos lo que hace falta para ser héroes y leyendas -- o siquiera, en este caso, ser módicamente validados. Ya escribiendo este párrafo quiero ver la siguente de ellos -- aunque sea vía Angelina Jolie y su Unbroken --, y ver qué nueva clase de boludos se guardan bajo la manga.

--¡Y la hermana! Ok paro ya.


#7
In a World...
dirigida por Lake Bell

Este fue un año particularmente rico para las narrativas femeninas y las películas hechas por mujeres, sin dudas. De partida, la película #1 del año fue Catching Fire, y muy cerca suyo está ese fenómeno que todavía no se nos derrite de la mente, Frozen. También está Frances Ha (una muy hermana de Llewyn Davis, vale decir), Enough Said, Blue Jasmine, Gloria, y desde luego, la única y visionaria Gravity, por mencionar unas pocas notables. Sin embargo, y no sé si esto me dará hipster-points o no de lo evidentemente meta que es el asunto, una de mis película femeninas favoritas de este año fue precisamente una película sobre lo que significa ser mujer en la industria del cine -- o mejor dicho, qué significa ser mujer en una industria dominada por los hombres.

Lo primero lo primero: Más que ser sobre La Industria de Hollywood propiamente tal, In a World... trata muy exclusivamente sobre el negocio de anunciadores en voz en off para publicidades y trailers. O sea, si no leíste el título de la película con esa voz épica y mística de Don LaFontaine, "IN A WOORLDDD...", ahora te confirmo que esa es la forma correcta de decir este título. Pero la gracia de la película es cómo lidia y expone la machista tendencia industria del cine desde una de sus más periféricas y subliminales ramas posibles; de cómo es un negocio de unos muy pocos tipos que se conocen entre sí, que hacen lo posible para mantenerse lo más exclusivista posible. De que son mañosos ante el cambio y las nuevas tendencias, porque les podría significar una pérdida del terreno -- incluso si ese terreno ya se les perdió hace tiempo. Y obviamente, de qué significa ser mujer en Hollywood, y de la idea de que el cine de mujeres puede ser menos trascendente de lo que la mayoría puede percibir. "¡Pero si existen! Está Gravity, y Frozen, y Frances Ha, y...", sí -- pero por cada una de esas hay al menos 10 copy pastes de Twilight y 10 comedias románticas que a nadie le sirven. Y como las dos hacen su plata igual y nadie pareciera quejarse mucho... sigamos así, pues. Let's live.

Pero otro lado, el mensaje femeninamente proactivo de In a World... quizás hubiera caído en oídos sordos de haberse puesto en un podio a reclamar sus derechos, protestando contra la oligarquía y todo. Pero muy a su ventaja, Lake Bell se mantiene fuera de un discurso, y en vez de eso, construye un universo laboral muy interconectado y carismático, con una sutilmente controlada capacidad para el humor físico y una explosivamente hilarante capacidad para el humor vocal. Tiene el mismo aire pro-geek de 30 Rock, de gente capaz y talentosa, pero sin dudas socialmente incómoda, llevada a sus extremos por la relación con sus propios jefes y figuras de autoridad. Pero siempre es su propio universo con sus propias ideas, sin meterse en lo referencial o el guiño, y si tiene que tratar sobre el nano-cosmos de ser actor de voz en off, sin dudas le sirve para su propio beneficio, que te saca aún más risas el saber lo muy en serio que se toma considerando lo nada que es realmente el asunto. Todo parte por estas tres palabras mágicas, "In a World...", y es para cagarse ver lo lejos que están dispuestos a ir para protegerlas y apropíarselas, aunque de por sí sean re-insignificantes. O sea, si ellos entran en combate de vida o muerte por estas palabras, ¿cómo será para cuando alguien desee ser parte de una película, pero los roles ya estén decididos por quién haría más plata al final? Puede que sea un negocio muy de la periferia, pero es un negocio de estándares universales.

Y creo que si alguien se subió a un podio fui yo aquí. Pero nomás quiero repetirles que se trata de una de las mejores comedias en los últimos años, y que sin dudas me hubiese fascinado verla como una sitcom. In a World... es la primera película dirigida por Lake Bell (quien antes había hecho carrera como actriz de televisión y cine), y con un triple turno como actriz y guionista además, sin dudas no puedo aguantarme hasta su siguente película. Aunque si viviéramos EN UN MUNDO... donde esta película en verdad es el piloto para una sitcom que ella quisiera hacer -- perfect.


#6
Stories We Tell
dirigida por Sarah Polley

Continuando con el hilo de películas de temáticas femeninas, este también fue un año bastante saludable para los documentales, y el mejor que vi este año no sólo fue mi película favorita de la diversa catelera del SANFIC 9, sino que es uno particularmente impenetrable, como he leído por ahí en algunos sitios. Sarah Polley nos invitó a repasar su álbum familiar e indagar en su complicado árbol genealógico en Stories We Tell, una historia llena de intimidades, revelaciones y opiniones en conflicto sobre un tema quizás demasiado personal para el consumo masivo. Esas críticas que mencioné... las entiendo completamente, porque básicamente es como hacer una película sobre mi papá o mi tía o mi tercer mejor amigo -- o sea bien bonito, ¿pero a quién podría importarle en serio? Sin embargo, Polley fue bastante inteligente y diestra cuando se trató de editar y darle forma a este documental que inicialmente es sobre la vida, obra y amor(es) de su madre Diane, todo con tal de buscar una poética universalidad a través de la más privada de las historias.

Stories We Tell es una ramificante historia que va desde el recuento de la vida de Diane, hasta el nacimiento de Sarah, y las revelaciones e inspiraciones que sucedieron a lo largo de los años. Va de punto en punto en un álbum familiar pasado de mano en mano, ... y eso es lo que se más rescata aquí. Más que ser una historia de Diane, Sarah, Michael, Harry, Geoff, y los demás... es una historia de percepción. La vida es una historia contada desde la mitad y armada a medias, y sólo adquiere forma y se vuelve una historia propiamente tal cuando se la contamos a alguien más, o a nosotros mismos: estas son las palabras con las que parte el documental, y como tal, Stories We Tell es una historia sobre el cómo contamos historias: ¿en qué punto partimos, si queremos contar nuestras propias historias? ¿con nuestro nacimiento, nuestra concepción, el primer día en que nuestros padres se vieron, o algún otro evento en particular que causó el efecto dominó que terminó con nosotros? ¿Y cómo sería esa historia vista por los demás? ¿Con cariño y afecto, indiferencia, o total rechazo porque nos odian? Sea cual sea la alternativa, jamás podría ser una historia equivocada, porque ellos también tienen sus propias historias qué contar al respecto.

Y eso es lo que me fascina del trabajo de Polley aquí. De cómo diseña algo para entenderse a sí misma y desenterrar su raíces, pero termina aludiendo a eventos y aspectos más grandes que ella misma -- su pasado, y su futuro. Su familia y amigos. El legado que le fue concedido, y el que ella dejará a su paso a través de lo que habla su cine -- lleno de desamparos y fracturas familiares, y aquí un posible porqué. Nosotros sólo somos parte de una historia mayor, contada a partir de muchas otras historias, y en cuanto ella se da cuenta de esto, el documental adquiere universalidad, yendo más allá de lo que el chisme familiar le dejaría ir comúnmente. E incluso, ¿mero chisme familiar? El cariño y la cercanía que ella tiene por todos los participantes aquí es muy, muy palpable, y ellos le reciprocan narrando y opinando con mucho humor y emotividad -- es la historia de Diane y sus amores y pasiones, sí. Una que nadie fuera de su familia debería interesarse por cuestión de sentido común. Pero aún así, ellos mismos logran que la historia sea fascinante a partir de su propia fascinación con el tema. Es un chisme gustosamente abierto. Por todo lo que tiene que decir sobre percepción y la historia tejida por todos nosotros (y de cómo construímos personajes a base de cómo nos relacionamos unos con los otros), si eres alguien con una inclinación artística o narrativa, te debes esta valiente auto-examinación.


#5
Pain & Gain
dirigida por Michael Bay

Algunos estarán presionando ALT+F4 en esta ventana al ver que estoy poniendo la película de ese tal Michael Bay tan alto aquí, por sobre... *gasp*, los Coens, Woody Allen, Steve McQueen, Scorsese... dios. Algunos ya dirán que no tengo credibilidad por ponerlo aquí, y citarán el puntaje "rotten" que tiene en Rotten Tomatoes. Sí, Pain & Gain es la primera película "rotten" que pongo en mis Top 10 -- pero también es la mejor película que vi que estuvo apunto de tener 5 estrellas. Si algo me encanta, se los haré saber y ya, y de ninguna manera puedo decir que esto se trata de un placer culposo que me gusta pero no sé cómo defender, porque lo positivo de esta película bordea lo insanamente magistral. Esta es una película que muy excepcionalmente sólo pudo haber sido llevada a cabo por alguien con un desenfrenado exceso visual y un muy autoconsciente neo-patriotismo de AMERICA FUCK YEAH como él. Sin lugar a dudas, esta es, y más que respetablemente, su mejor película.

Quizás porque ya la situación económica mundial pasó a ser parte del vox populi, este 2014 trató mucho sobre el exceso y los engaños. American Hustle, The Wolf of Wall Street, The Great Gatsby, The Great Beauty, Blue Jasmine, Spring Breakers... en un sentido más Robin Hood de la palabra en cuanto a "engaño" está Dallas Buyers Club, y hay algunos que andan viendo a All Is Lost como una metáfora para el actual escenario financiero, mientras que otras como Nebraska son más literales, personales y nostálgicas al respecto. Incluso está 12 Years a Slave ofreciendo un punto de vista más histórico en el tema. De todas estas, es Pain & Gain la que para mí tuvo el mensaje más redondo y certero sobre la codicia moderna, de cómo no se trata de gente inteligente con estratagemas invisibles, de irrompibles loops legales. Es simplemente cosa de oportunidad -- o sea ni siquiera es cosa de astucia, que el trío protagonista aquí son todos unos infinitos boludos (y también Rob Corddry, repitiendo presencia aquí con In a World...), que más que saber qué oportunidades tomar, no se dan cuenta de la suerte que tienen en que nadie les está sospechando nada porque la historia en sí es demasiado imposible de creer, con la fachada siendo más agradable que la verdad. Pero como la película nos recuerda con mucha agalla: todo esto pasó. Todo este exceso, toda esta violencia. Toda esta estupidez. Es una película divertidamente atemorizante, y al revés también.

Y de nuevo, Michael Bay. Sólo él podía ofrecer una cinematografía tan explosivamente vibrante, y una edición tan movediza y adrenalínica, como si la vida fuese un interminable videoclip noventero; y la forma en que dirige a estos muy machos alfa... Mark Walhberg, Dwayne Johnson, Anthony Mackie... más que dirigirlos, los pule hasta dar con algunos de los roles más brillantes de todas sus carreras -- en especial para The Rock, a quién le quería ver nominado en mejor actor de reparto con este legítimo nuevo tope actoral que alcanzó. Hay que creer en las segundas oportunidades y en el fitness, porque Bay jamás ha estado tan saludable y controlado. Tan así que esta película fue uno de los mayores despertares cinematográficos que tuve el 2013. Todos tenemos directores que guardamos para el chiste de lo bajo que ha sido su input últimamente -- Shyamalan por ejemplo, dirán la mayoría --, pero si Pain & Gain sirve de algo, es para recordar que alguna vez todos nos encantamos con esta gente, que de alguna forma llegó a ser famosa. Reenamorarse de ellos no debería ser imposible, no con la posibilidad del proyecto idóneo para ellos a la vuelta de la esquina. Quién sabe. Lo único que sé es que Bay se redimió a tal punto que tengo que pedirle disculpas a Coolio y la película Dangerous Minds, porque de ahora en adelante, "Gangsta's Paradise" para mí será primero y por siempre La Canción de Pain & Gain.

Sí, esto me da más esperanzas para la próxima de Transformers -- incluso si hace unos años estuvo dentro de mi Suck 5 la anterior. Bay, Walhberg... confío en ustedes. No lo arruinen pls.


#4
The World's End
dirigida por Edgar Wright

Supongo que la mejor recomendación que puedo hacer de esta película es que ya saben que no me tomo y me mantengo lejos de los vicios químicos -- y aún así tengo que admitir que esta película es una excepcional noche de carrete. El fin del mundo puede ser una cosa, pero en cuanto a una noche en el pueblo con los amigos es otra. Y ambas partes funcionan espectacularmente: intensas coreografías de combate y efectos visuales memorables, concentrando las mejores partes de Scott Pilgrim vs. The World en un grupo de cuarentones demasiado viejos para andar haciendo un pub crawl en el pueblo más nada del mundo, con todos pivoteando en torno al impredecible y apresurado Simon Pegg, en uno de sus más extraordinarios roles en una carrera ya repleta de personajes para la risa ñoña, pero ahora, en esta relajada, apenas-etiquetable-como-tal trilogía Cornetto, Pegg y su ebria ambición dan con algo derechamente humano, que te parte el corazón por el sentido de amistad que nace de aquí.

Es una película del vivir hoy en día, del ser adulto y abrir esa cápsula en el tiempo que te son los viejos amigos -- te sea su vista frecuente o no. De recordar de que alguna vez hubo algo que te fascinó de ellos y que hizo que pasaras días y días boludeando con ellos, contándose chistes internos y secretos de estado personal. Pero pasa el tiempo y las cosas van tomando curvas que al comienzo uno no podría imaginar. La distancia y el tiempo hacen que juzgar todo sea mucho más fácil. Y no es como que el grupo de amigos de Gary King (Pegg) no esté en razón para ello, dado que ellos han tomado la ruta responsable con sus vidas. Teniendo empleos estables, seguridad financiera, familia e hijos en algunos casos. Gary sigue atascado en una fase adolescente y ha pasado por penas por ello, pero por más que engañe y se burle de sus camaradas, su lealtad a ellos sigue siendo presente -- él podría hacer este pub crawl solo o con nuevos amigos, pero en vista de que la mejor noche de su vida fue con junto a este cuarteto hecho y derecho, sólo es apropiado que se repita así. Las opiniones de que uno está por sobre el otro en cierta área van y vienen, pero al final, en medio de todo el inminente caos... qué importa.

Y ese inminente caos, es uno visualmente estimulante, sin dudas, que se resuelve con una gran catarsis. Pero también trata sobre no aspirar a la perfección, de querer a tus amigos por cómo son, y no por lo que podrían ser. Es cierto que con los años las distancias crecen, pero si no puedes sacártelos de la cabeza, el buen rato que pasaste con ellos jamás se desvanecerá, y eso es lo fundamental en Gary y sus amigos. El saber que siempre habrá alguien por sobre nosotros o por debajo, ¿así que para qué preocuparse? Todo eso da lo mismo mientras tengamos a gente con quién divertirnos y apoyarnos. En fin, ¿porqué siento que estoy ablandando la película aquí? ¡Es que no se puede hablar de The World's End sin referirse al mismo apocalipsis! Este año tuvimos dos fines del mundo. Ambos lados del Atlántico fueron muy divertidos al respecto, pero me quedo con la británica por su más clara resonancia emocional, y su fulminante invasión: quieta y organizada por fuera, pero con un ruido ensordecedor y un fulgor espeluznante por dentro, acompañados por la electrónica banda sonora del compositor del año, Steven Price, a quién ya mencionaremos más adelante aquí. Todo esto hace que la frase "es el fin del mundo y me siento bien" tome más validez que nunca. Somos los que somos y estamos los que estamos -- que pase lo que deba pasar.


#3
The Hunt
dirigida por Thomas Vinterberg

Antes que nada, quisiera reiterar lo del año fatal al comienzo que tuvimos. The Hunt, por mucho tiempo, fue mi película favorita del año. Una película estrenada en Cannes el 20 de Mayo del 2012 terminó como mi predilecta un poco menos de un año después. Y ahora en Marzo del 2014, a hablar finalmente sobre ella. Wow. Vaya lentitud. En fin.

En un año lleno de visiones técnicas y creativas, pocas películas me hicieron preguntarme el cómo se construyeron como la danesa The Hunt, mi favorita para el Oscar a mejor película extranjera (sorry Chile). Algunos la mirarán y dirán que es absurdo que una mentira se escale a estas proporciones, pero ese es el punto aquí. Las repercursiones de tal absurdismo, porque no todos son tan incrédulos o competentes como para filtrar las mentiras aquí. Es una película sobre la estricta inocencia como un arma: desde la ignorante casualidad de Klara, interpretada por una diminuta pero genial Annika Wedderkopp, hasta la incuestionable ingenuidad de Grethe, interpretada por Susse Wold. Buscando formas de protegerse y proteger a los demás, nadie se pregunta nada aquí -- o en el caso de Klara, ella simplemente actúa con cosas que no entiende, buscando atención en un bullicioso y descontrolado núcleo familiar.

Lo que más me llama la atención es el nivel de detalle que tiene la película para lidiar con un tema tan ruin como la pedofilia. Sí, la premisa es realmente sobre Lukas, el personaje de inmensa temple de Mads Mikkelsen, y de cómo su vida se va por la cañería después de que lo acusan injustamente de haber atacado sexualmente a una menor del parvulario donde trabaja. Ningún spoiler warning debería activarse si digo que NO, el tipo no hizo nada. Pero me pregunto cómo hicieron para sacar esas interpretaciones de Annika. Qué tipo de lenguaje habrán usado para dirigirla a llevar a cabo el mejor rol infantil del 2013, como causante del histérico torbellino que le hace la vida imposible a Lukas y su familia. Y a la vez, el nivel de detalle que se tiene aquí con los demás personajes es riquísimamente preciso, todo apuntando a crear la perfecta tormenta en un pueblo chico. La directora que no se lo cuestiona dos veces. Los padres que quieren alejarse lo más posible de lo que fue un viejo amigo. La muy exigente novia nueva que no duda en tomar un aire superior. Y desde luego, Lukas. La perfecta presa en la cacería. Un tipo que todos conocen. Vive solo y trabaja con los niños. Siempre se viene al jardín infantil con Klara y nadie se lo pregunta. Esto no es un accidente esperando a ocurrir, sino más bien es una intuición que todos deseaban confirmar, como una duda que jamás te puedes quitar de encima sobre alguien que no conoces realmente. O sea, miren a Michael Jackson -- jamás pudo borrarse esa imagen de pedófilo, por más inocente que la corte lo encontrase.

Y las fracturas sociales se hacen notar. A medida que los meses pasan, las represalias de los incrédulos van aumentando, y tu sangre hierve ante el nervio de algunos, de ver su actitud de "sí, estoy haciendo algo bien por la sociedad al sacarle la cresta a este pedófilo", aunque idea sobre el tema ellos no tengan, y seguramente jamás la tendrán considerando lo ciegamente lejos que están dispuestos a llevar la persecución social contra Lukas. En la película efectivamente hay abusos contra menores (al menos dos que yo puedo contar), y ambos van prácticamente inadvertidos por todos porque están muy conscientes del contexto y pueden decir que no fue para tanto. Pero Vinterberg aquí demuestra con frialdad y dolor el cruel poder de la imaginación, y de cómo dejamaos que ella rellene los campos vacíos. Inocente hasta que se demuestre lo contrario, dice la ley -- pero no todos pueden armarse de paciencia para esperar. Esta es la mentalidad humana en uno de sus puntos más bajos.


#2
Gravity
dirigida por Alfonso Cuarón

Y aquí estamos. Si había una película que ver en los cines este 2013 -- una sola y nada más, debía ser Gravity. Ninguna otra película este año se hizo notar y comandó más gente a experimentarla como la visionaria aventura espacial a la deriva de Alfonso Cuarón. Es en 3D, tiene poquísimas tomas, apenas un actor y medio en pantalla, están flotando en el espacio y tienen que volver a la Tierra... todas estas cosas que simplemente te fuerzan a comprar una entrada con sólo la idea de responder el "¿¡cómo!?" más gigante que el medio ha creado desde que Chris Nolan puso nuestros cerebros en laberintos dentro de laberintos con Inception. Pero más que esta película sea sencilla, esta película es un minimalismo como ningún otro. Es visualmente expansiva pero icónica y muy transportante con sus elementos en pantalla. Es una historia de sobrevivencia de pocas palabras en un ambiente imposible, pero no se demora mucho en convertirse en algo personal y espiritual. Ryan Stone puede lucir como un personaje cualquiera con muy mala pata, pero eso sería omitir la demandante elegancia corporal y la amaneciente empatía de Sandra Bullock. Y tal como Before Midnight, esta fue una trifecta que sólo podría ocurrir entre Alfonso Cuarón, Emmanuel Lubezki, y la ya mencionada Sandy B. Y bueno, George Clooney también.

Fui a ver esta película tres veces al cine, porque la calidad técnica lo requería. No sé cuando será la cuarta vez que vea Gravity, pero puedo dar por sentado que no va a ser en una tele convencional con el DVD, y mucho menos en Cuevana -- no le hagan eso a una como Gravity, por favor. Aunque cueste, si no pueden en cine, chéquenla en la televisión más grande con el mejor sistema de sonido que tengan a su disposición. Cubran sus ojos con el imponente vacío del espacio, y sus oídos con los mudos temblores de las metrallas chocando entre sí, y la épica, elevante música de la revelación del año, Steven Price. En Chile nosotros tenemos la fortuna (aunque a grandes rasgos, "fortuna" supongo) de contar con salas de cine 4DX. "Qué es esta nueva chuchería", dirán. Si pensaban que el 3D ya era algo gimmicky, pues... qué les parecería ver salas de cine 3D con asientos que se mueven automáticamente al ritmo de lo que ocurre en pantalla, que además te tira chorros de spray y burbujas y te flashea el techo para simular explosiones, todo con tal de que puedas decir "#EstoyEnLaPelicula". Wow. ¿Pero saben? Si hay película que de verdad funciona para eso, es Gravity. Ya de por sí en 3D la película te saca sensorialmente de la Tierra y al salir del cine sientes que debes reajustarte a respirar y caminar, y estas sillas mecánicas sin dudas hacen que esta "ride movie" sea literalmente más "ride", y por ende, mejor.

Pero aún así, ... Bullock. Este año no ganó el Oscar, pero el que ganó por The Blind Side se justifica con creces con su rol aquí. Cualquier otro año sin Blanchett y ella gana. De no haber ganado antes o hace tan poco, ella gana. Hay dos escenas que sin fallas me dejan en lágrimas: cuando ella contacta a Aningaaq, por su desesperada y resignada emotividad ante un destino imposible de superar... y la consiguente secuencia, cuando ella se libera de sus miedos y deja de conducir para emprender el camino a casa. Por Dios, se me eriza la piel con tan sólo pensar en esa escena, con los restos del módulo de escape del Shenzhou rebotando entre sí en llamas a medida que entra nuestra atmósfera, y los computadores en el interior simplemente se joden en destellos y chispas; y ella se aferra a su renacida vida al ritmo de una de las más liberadoras bandas sonoras de los últimos tiempos. Ver Gravity de aquí en adelante va a ser más que ver cualquier película -- va a ser un evento. Va a significar tiempo y planificación para hacer que toda la experiencia se dé como deba ser. Sólo ruego que los de la Warner sean tan generosos en traer la película cada cierto tiempo de vuelta a los cines para que nadie se quede fuera de algo tan significativo para el medio -- y con 700 millones en la taquilla, tienen razones de sobra para devolvernos al espacio exterior en el futuro cercano.


#1
Ernest et Célestine
dirigida por Stéphane Aubier, Vincent Patar y Benjamin Renner.

Helo aquí. Supongo que debería rescatar el hecho de que siendo un año de grandes y valientes visiones, mi #1 terminó siendo una historia infantil muy dulce y familiar, sin algo tan perceptible y artísticamente desafiante como los mundos de Her, Gravity o The Wolf of Wall Street. Y de paso, también debería reconocer que este año si fue fatal en algo en particular tuvo que haber sido en la animación. Puf. Fuera de Ernest et Célestine, me guardaría la amorosa nostalgia de Dragon Ball Z: Battle of Gods y las refrescantes y literalmente fenomenales ideas y canciones de Frozen, y no mucho más. Pero de cualquier modo, avant-garde o no, esta película es definitivamente una para la posteridad. Una para días nublados y tristes, para ponerte de vuelta en buenos ánimos con su interminable dulzura y todos sus muy entrañables osos y ratones. Es un cuento de cuna que no conoce públicos objetivos. Es encantadoramente universal.

Algunos que me conozcan más pueden decirme que se trata de una película hecha definitivamente afín a mis intereses -- animalitos que hablan, una sociedad dividida en pugna, una fluída animación 2D que te da un infinito gusto de ver en movimiento de lo orgánico y adorable que todo es aquí. Y ESTARÍAN EN LO CORRECTO, LO ADMITO. Pero fuera de lo técnico y narrativo, otra razón más personal de porqué amo Ernest ét Celestine es por cómo lidia con algo tan... bueno, importante en mi vida como la culpa de sentirse como una decepción. Como la inmensa mayoría me imagino, he cometido errores en mi vida que me han hecho preguntarme si hacer algo valió la pena en un principio por el insignificante o castigante resultado que conseguí, como una moraleja aprendida demasiado tarde. Pero para no adentrarme más en mi vida personal, no más lo cerraré regresando a lo humanamente genial con que Ernest et Célestine lidia con la solución a esta situación: el sentirse validado e inspirado por alguien más, el darse cuenta que la decisión que tomaste no fue la peor del mundo porque haces feliz a alguien con mucha sinceridad y cariño mutuo. En tus momentos más bajos, ellos son los que te levantan y te dicen las palabras correctas para seguir adelante y dejar el pasado atrás, y en tus momentos más altos, son los primeros en felicitarte y desearte lo mejor; y tú lo eres para alguien de la misma forma que alguien lo es por tí. 

Y este es un mundo de osos y ratones. Ernest el oso, es un músico que vive pobre, solo y con hambre. Célestine es una ratoncita que desea ser una artista, pero las presiones sociales la obligan a ser algo que ella no quiere ser. Debido a una serie de encuentros y percances, ambos terminan desamparados y escondidos, pero los dos se complementan entre sí cuando más lo necesitan. Ernest le da protección y consuelo, y Célestine le brinda compañía y motivación artística en una casita tan solitaria en el bosque. Y la escena en que ella le expresa sus más grandes temores y él le hace ver que no todo está tan mal desde sus propias experiencias... simplemente me rompe el corazón con su ternura. Torrentes ocurren. A veces todo lo que hace falta es un amigo que te muestre que el vaso está medio lleno, no más. Y lo fantástico de la película es que un tema como este fácilmente pudo haber caído en lo sombrío y lo desolador -- precisamente algo como Inside Llewyn Davis, y eso podría hacerla un poco más díficil de tragar, pero... Ernest et Célestine es un arco iris. Un día soleado de emociones y sentimientos, con una animación, música, y una dirección de arte exquisita, que le brinda vida a estos mundos y su paralela búsqueda por estos dos creativos fugitivos. Lidia con un tema sumamente personal y vulnerable para muchos con una motricididad y emotividad de suavidad, elegancia y gracia inimaginables.

De paso, quisiera anotar también que este formato de animación francés... ya lo adoro. Le Tableau fue mi #2 el año pasado, Ernest et Célestine mi #1, y entremedio tuvimos a Zarafa y A Cat in Paris. Y antes que eso, Sylvain Chomet y sus mudos encantos en Triplets of Belleville y The Illusionist. Todas ellas películas con un muy claro y estudiado diseño, muy distintivas unas de otras; y todas con una concentradísima historia que no pasa la hora veinte, y que aún así cuentan con una precisísima eficiencia para armar mundos y personajes sumamente ricos y coloridos (y con una duración de 63 minutos, siento que debo añadir a la americana Winnie the Pooh aquí también bajo estas mismas razones -- #8 de mi 2011, por cierto). Son las películas mejor balanceadas que he visto, que no dejan nada al desperdicio pero que aún así encuentran tiempo para que sus héroes y villanos puedan ser ellos mismos en sus mundos delicadamente confeccionados. Y por eso, aquí estamos. Adiós Pixar, hola... uh, Francia. Ernest et Célestine, la mejor de este bijou género, si me lo permiten. Es una película que sencillamente, es el abrazo más cálido y fuerte que el cine te puede dar hoy en día. Un abrazo de osito.



Y ya estamos. No más 2013. C'est fini! ¿Qué nos depara el 2014?
  • Chris Nolan vuelve este año con Interstellar, su primera película tras su trilogía de Batman, y un retorno al colosal cine de ciencia ficción. Me gustaría que se mandase un Pain & Gain, eso sí -- que se regrese a sus fundamentos, a sus orígenes, y que saque a brillar lo mejor de sí mismo con algo más pequeño y humanamente estudiado. Pero estos laberintícos planes de Nolan son algo de ver en movimiento -- en especial si vamos a tener a Matthew McConaughey, fresco tras su Oscar como resultado de su McConnaissance con Dallas Buyers Club. Deberá ser visto.
  • David Fincher vuelve a las sombrías y ennervantes seguidillas con Gone Girl, junto a Ben Affleck, Rosamund Pike, y un factor de interés para muchos: Neil Patrick Harris. Habrá que ver si decide continuar con la trilogía Millenium y saca la secuela a The Girl With The Dragon Tattoo... pero no lo veo como demasiado probable ahora mismo ya (pero no me sería una terrible desgracia, honestamente).
  • Entre There Will Be Blood y The Master pasó una eternidad, pero por fortuna, tendremos la próxima de Paul Thomas Anderson en mucho menos tiempo: Inherent Vice, una historia de detectives con aires muy de L.A. Confidential donde el director vuelve a encontrarse con su último conejillo de indias, Joaquin Phoenix. A ver cómo luce tras la tímida ternura que fue Theodore.
  • ¡How To Train Your Dragon 2! ¡La secuela a mi #1 del 2010! ¿Podrá alcanzar ese mismo puesto de nuevo? A ver si consigue el Oscar también, a falta de Pixar este año. Voy a estar literalmente por sobre las nubes cuando se estrene, sin dudas. Si es que hay una función 4DX disponible, claro.
  • Tim Burton vuelve este año con una película biográfica -- Big Eyes, sobre la vida y obra de Walter Keane, el artista de los 50s y 60s conocido por sus (supuestas) pinturas de niños pobres con ojos enormes; y el caótico divorcio que tuvo con su esposa Margaret. Hasta el día de hoy, para mí la mejor película de Burton sigue siendo Ed Wood, así que genial verlo retomar sus legítimos tributos a sus mayores intereses. Y de paso, no hay Johnny Depp o Helena Bonham Carter aquí: ¡hay Christoph Waltz y Amy Adams en vez! Este proyecto de verdad se siente como una excepción a la regla.
Eso sería todo. Ha sido un fantástico año a pesar del letargo inicial, y... bueno. Presiento que el 2014 lo voy a abrir con un BANG. Si saben a qué me refiero. ¡Nos vemos, locos! ¡Vive la France!

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